viernes, 8 de enero de 2010

El temporal destroza el 30% de los invernaderos y el 40% de la primera fresa

Los agricultores del Condado calculan que se perderán unos 5.000 euros por hectárea · La humedad facilita la aparición de la temida brotrytis que pudre la fruta · La lluvia retrasa la campaña y provocará sobreoferta en marzo y abril

Nunca imaginaron los freseros que las anheladas lluvias pasarían a convertirse en la peor de sus pesadillas. En sólo quince días las fuertes rachas de viento y la intensidad de las precipitaciones que han azotado la provincia de Huelva han dejado un reguero de agricultores damnificados por un temporal que ha arrasado los invernaderos. El presidente de Freshuelva y del Fresón de Palos, Alberto Garrocho, estimó ayer las pérdidas en un 40% de las primeras frutas de fresa y de un 50% de frambuesa en el principio de la campaña. Garrocho subrayó que tras una reunión con otras entidades de Rociana, Bonares y Palos se constata que un 30% de los plásticos de plantaciones están esparcidos por el suelo. Hasta ahora, la zona más afectada parece la Laguna Primera de Palos y Mazagón, y la menor, la Costa.

La Unión de Pequeños Agricultores también estima que el temporal provocará una merma del 45% de la producción inicial. Según la UPA, algunas plantas están inundadas por un metro de agua.

Al margen de las cuantiosas pérdidas y a efectos estratégicos, el retraso de la campaña agrícola tendrá consecuencias indirectas muy graves ya que generarán sobreoferta y cortarán la posibilidad de poner en el mercado la fruta cuando la cotización es más alta. Este retraso obligará a que la planta no llegue a su culmen productivo hasta marzo, mientras que en abril ya tendrá vigencia el nuevo acuerdo agrícola entre la Unión Europea y Marruecos, tendente a aumentar la liberalización del comercio agroalimentario entre ambas partes, lo que provocará la entrada de fresa indiscriminada en los mercados europeos sin el pago de aranceles.

Las zonas más afectadas por lluvia y viento en El Condado son las de El Rocío y La Teja, con menor relevancia en la Cañada y el Gamo. En las dos primeras zonas, la fuerza del viento ha arrasado incluso algunos invernaderos de frambuesas, tal como reconoce Javier Gutiérrez, uno de los socios de la empresa hortofrutícola Lujovi, quien cifra las pérdidas por hectárea en torno a los 4.000 o 5.000 euros, principalmente por la necesidad de cambiar los plásticos a los macro túneles e invernaderos.

A ello cabe sumar la exposición a las inclemencias a las que se ve expuesta la planta. Concretamente, se lamenta Gutiérrez, algunas partidas de fruta se han puesto en los mercados pensando que se encontraba en óptimas condiciones, mientras que, posteriormente y una vez en el lugar de destino, se ha constatado que se encontraban afectadas por la brotrytis.

En Bonares y Rociana las pérdidas han sido igualmente cuantiosas. En este último municipio las 42 hectáreas que posee la empresa Lucena Fruit, a escasos 200 metros de la autopista A-49, han sufrido los primeros brotes de brotrytis a consecuencia de las altas condiciones de humedad registrada en los últimos días. Un problema que incluso podría agudizarse en caso de que las temperaturas subiesen de modo considerable, al encontrar el hongo su mejor caldo de cultivo en temperaturas que oscilen entre los 15 y 20 grados. De este modo y sólo en esta explotación las pérdidas han ascendido a un total de 30.000 euros y no se descartan que sigan en aumento en la misma proporción en la que se dilate la presencia de la borrasca sobre nuestra geografía.

La ausencia de horas de sol ha desplomado la producción. No obstante en virtud de la ley no escrita de la oferta y la demanda todo hace augurar que la tónica de precios se mantendrá en alza, lo que podría amortiguar las pérdidas.

Las inclemencias han tenido su extrapolación en los mercados y durante la semana comprendida entre el 21 y el 27 diciembre abastos de referencia como el de Madrid tan sólo registraron la entrada de 1.852 kilos de frambuesas que cotizaron entre los 16 y los 20 euros. Precios de récords, aunque a ello contribuyesen las fechas navideñas. La entrada de fresas siguió la misma tónica, situándose en los 84.102 kilos, con precios que oscilaron entre los 1,60 y los 5,50 euros.

Los freseros no ocultan su preocupación por las consecuencias que tendrá la entrada indiscriminada de fresa marroquí a partir de abril. De cumplirse el hundimiento de precios que pronostica el sector podría producirse el caso de que la cotización de la fruta sea incluso inferior a los costes de recolección en España, lo que supondría el aguijonazo final para la economía de toda la provincia, ya que los empresarios podrían optar por abandonar las plantaciones, lo que comportaría la pérdida de miles de jornales. Agricultores como Javier Gutiérrez ponen en duda el rigor en los controles de estos cupos e incluso va más lejos al argumentar la competencia desleal que sufrirán.

Fuente: Huelva Información (28 de Diciembre, 2009)

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